INFERIORIDAD Y AUTOESTIMA


INFERIORIDAD Y AUTOESTIMA 

El complejo de inferioridad es la sensación de no ser lo suficientemente valiosos. 

La persona tiene dudas constantes acerca de sí misma y sus capacidades, se siente inferior porque cree que no cumple con los estándares.
 
El problema, esa tendencia a compararse continuamente con los demás genera una gran ansiedad y angustia, de manera que la persona suele intentar, inconscientemente, compensar esas sensaciones desagradables.

Esas estrategias compensatorias tienen dos objetivos. Por una parte, son un mecanismos de defensa que les hacen sentir superiores a los demás, de manera que protegen un “yo” frágil. Por otra parte, les ayuda a defenderse, para que los otros no descubran lo que consideran sus “puntos débiles”.

El problema es que al construir ese “caparazón externo” con el que pretenden presentarse bajo una luz más favorable, también se aíslan. A la persona que tiene un complejo de inferioridad le costará confiar en los demás porque no quiere que descubran sus debilidades, por lo que en vez de dejar que le ayuden, construyen una barrera y no conectan emocionalmente. Por eso, no es extraño que quienes se sienten inferiores e inseguros también se sienten más solos.
 
Por supuesto, a ese aislamiento social también contribuyen las pésimas estrategias compensatorias a las que pueden recurrir, que a menudo consisten en socavar la autoestima de los demás y hacerles sentir inferiores. En práctica, estas personas no buscarán crecer y superar sus límites sino que intentarán subirse a los hombros de los demás para ver más lejos y parecer más altos. No se esfuerzan por brillar más sino por apagar la luz de los demás.

Obviamente, es muy difícil mantener una relación de cualquier tipo con una persona que compita constantemente con nosotros y que intente "aplastarnos". 

Al final, cortar esa relación se convierte en un mecanismo de supervivencia psicológica.  
 
Necesitan sentirse importantes:

* Tener siempre prisa Nos han hecho pensar que una persona ocupada, es una persona importante. Por eso, quienes tienen un sentimiento de inferioridad siempre parecen tener prisa.

* Reetiquetar los eventos ordinarios para que parezcan más importantes Las personas que necesitan sentirse importantes suelen recurrir a un lenguaje “especial” para reetiquetar los sucesos de la vida cotidiana, de manera que adquieran una mayor relevancia ante los demás.
 
* Estar permanentemente preocupados La gente ocupada es gente preocupada, por lo que para rodearse de un halo de importancia personal, estas personas evitan parecer relajadas.
 
* Hacer esperar a los demás Las personas importantes no tienen ni un minuto libre, por lo que jamás serán las primeras en llegar.

* Exagerar sus logros Las personas que tienen un complejo de inferioridad intentarán compensar sus “defectos” o “debilidades” exagerando sus logros.

* Asumir que son más inteligentes y capaces Cuando las personas inseguras se sienten amenazadas, activarán sus mecanismos compensatorios de protección. Si creen que puedes hacerle sombra a su inteligencia y capacidades, se centrarán en desacreditarte haciendo notar tus equivocaciones y puntos débiles.

* Ser hípercriticos Las personas inseguras se comparan continuamente con los demás, pero como no soportan sentirse inferiores, pretenden devaluar a los otros. 

La vida no es una competición, por más que la sociedad nos haya inoculado esa idea. El objetivo no es superar a los demás sino superarte cada día a ti mismo. Cuando entendemos eso, no solo nos liberamos de un gran peso sino que la vida se vuelve, asombrosamente, mucho más fácil.


Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga

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