TENER HIJOS

TENER HIJOS Normalmente deseamos tener un hijo para cumplir con lo que nuestra familia y sociedad espera de nosotros. También para crear un vínculo afectivo con nuestra pareja, de la que nos sentimos distanciados. En algunos casos, los hijos también se convierten en un juguete con el que entretenernos y escapar así del aburrimiento, el vacío y la monotonía de una vida carente de propósito y sentido. Nuestros deseos egoístas no son motivo suficiente para concebir un hijo. En el caso de llegar el momento oportuno, nuestro corazón siente una inspiración mucho más trascendente y altruista: contribuir con nuestro granito de arena en la evolución consciente de la humanidad, comprometiéndonos con desarrollar todo el potencial del recién nacido. Para lograrlo, primero hemos de echarnos un vistazo a nosotros mismos. No en vano, para poder ser buenos padres se debe contar con la comprensión suficiente para disfrutar de una vida equilibrada y plena. Antes de dedicarnos a atender emocionalmente...