SOLTAR EL PASADO

SOLTAR EL PASADO

Sería fácil afirmar que el pasado no existe. Si comprendemos el tiempo como una línea unidireccional y lo dibujamos sobre el suelo, parándonos justo en un punto que señale nuestro presente, es fácil ver que el pasado ha quedado atrás. Sin embargo, para las personas que han sufrido una pérdida importante, han sido víctimas de un trauma o que simplemente no se encuentran a gusto en su presente, el pasado sigue siendo muy real. Para estas personas, su presente es su pasado.

Para quien vive anclado en otro tiempo, esa parálisis le impide disfrutar de su presente y planificar su futuro.

Las vivencias importantes se quedan grabadas en nuestro cerebro, conformando nuestra línea de la vida. Eso nos permite mirar atrás y comprender quiénes somos y cómo hemos llegado hasta aquí. Esa línea biográfica le confiere cierto sentido y orden a nuestra existencia.

Cuando sufrimos un trauma o una pérdida importante, esas vivencias no se graban normalmente sino que permanecen activas en nuestro cerebro. Esa es la razón por la cual podemos revivir los sucesos dolorosos una y otra vez, a veces con extraordinaria nitidez.

Lo que sucede es que en realidad no hemos procesado esas vivencias, no las hemos incorporado en nuestra historia de vida porque aún no las hemos aceptado, por lo que no pueden pasar a formar parte de nuestra narrativa vital.

La primera reacción suele ser la negación. Nuestra mente racional comprende lo que ha sucedido, pero nuestra mente emocional se niega a aceptarlo. Porque no estamos preparados para aceptar lo ocurrido. No contamos con los recursos psicológicos necesarios para procesar la vivencia.

Primero necesitamos realizar un cambio profundo en la imagen que tenemos de nosotros mismos. Dado que esos sucesos deben insertarse en nuestra biografía, puede ir en contra del autoconcepto que nos hemos formado.

Para lograrlo, necesitamos tiempo. Debemos pasar por una serie de fases en las que poco a poco vamos aceptando los sucesos y los cambios.

Pero el tiempo no basta, debemos asumir un papel proactivo. Cuando las heridas son muy profundas y causan un gran dolor, es imprescindible tomar la decisión de dejar el pasado atrás.
 
“Si no está en tus manos cambiar una situación 
que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud 
con la que afrontes ese sufrimiento”. 
Viktor Frankl
La etapa de rabia y encontramos en la fase de tristeza, amenazando con convertirse en depresión, debemos tomar la decisión de aferrarnos al futuro y dejar ir el pasado.

Hay un momento en el que debemos activar todos nuestros recursos de autosanación y decidir, conscientemente, que necesitamos soltar y seguir adelante.

A partir de ese momento, debemos hacer las paces con nuestro nuevo “yo”, asumir esas nuevas facetas del autoconcepto y comenzar a centrarnos en el presente. Aprender a disfrutar de todas esas pequeñas cosas que pueden devolvernos el placer de vivir en el aquí y ahora y empezar a hacer planes para el futuro.

“Antes de que puedas volver a vivir, una parte de ti debe morir.
Debes dejar ir lo que podía haber sido, cómo podías haber actuado 
o lo que podías haber dicho de una manera diferente.
Debes aceptar que no puedes cambiar las experiencias pasadas. 
Cuando finalmente reconoces esa verdad, serás capaz de comprender 
el auténtico significado del perdón a ti mismo y a los demás. 
Entonces serás realmente libre y podrás abrazar el futuro”. 
Shannon L. Alder
 
Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga

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