UN ASESINO SILENCIOSO: LA SOLEDAD
UN ASESINO SILENCIOSO: LA SOLEDAD
Psicólogos de la
Universidad Brigham Young, en Utah, analizaron los
datos de más de 3,7 millones de adultos y descubrieron que la soledad y
el aislamiento social son
de los principales problemas de salud de nuestro siglo.
Estar solos y sentirse solos no es lo mismo
Aunque solemos utilizar indistintamente los términos aislamiento social y
soledad, lo cierto es que ambos conceptos son diferentes. El
aislamiento social es la falta de contacto con otras personas, mientras
que la soledad es un estado más subjetivo caracterizado por una distancia emocional.
Esto significa que una persona puede sentirse sola aunque esté en
compañía de otras, un fenómeno común cuando los demás no satisfacen de
manera adecuada nuestras necesidades emocionales, como puede ser la
necesidad de afecto, comprensión y aceptación.
Estos psicólogos comprobaron que los adultos que contaban con más redes
de apoyo tenían un 50% menos de probabilidades de morir tempranamente,
en comparación con quienes estaban aislados socialmente o se sentían
solos.
También encontraron que el riesgo de muerte temprana relacionada con la
soledad, el aislamiento social y/o vivir solo era igual o mayor que el
riesgo de muerte prematura asociado a la obesidad y otros problemas de
salud importantes.
El aislamiento social afecta nuestra capacidad para percibir, entender e
interpretar las emociones. Se ha comprobado que las personas que se
sienten solas son menos hábiles detectando cuatro emociones básicas: la
felicidad, el miedo, la ira y la tristeza. Y cuanto más solos estén,
peor será su capacidad para distinguir estos estados emocionales.
Por si fuera poco, aislarnos de los demás también afecta en vez de centrarnos en los aspectos alegres o positivos de las cosas, nos centramos en lo negativo. Nos amargamos más fácilmente. Somos menos optimistas.
Por si fuera poco, aislarnos de los demás también afecta en vez de centrarnos en los aspectos alegres o positivos de las cosas, nos centramos en lo negativo. Nos amargamos más fácilmente. Somos menos optimistas.
Sin embargo, sus efectos no se limitan al plano emocional, diferentes investigaciones, entre ellas una realizada por psicólogos de la Universidad de Washington, demuestran que la sensación de rechazo o el aislamiento social llegan a producir cambios en procesos celulares clave en el interior del cuerpo.
La soledad crónica es un factor de riesgo tan importante como el
tabaquismo, la obesidad o la falta de ejercicio físico.
Sentirse
conectados a otros es vital para nuestro bienestar mental y físico,
según muestra otro estudio realizado en la Universidad de Chicago.
La soledad no solo altera el comportamiento, esto significa que si nos
sentimos solos y aislados tendremos una peor función inmunológica, mayor
presión arterial y un mayor nivel de depresión.
Hacia una sociedad cada vez mas solitaria.
A pesar de que vivimos en una sociedad "conectada" a niveles nunca
vistos, lo cierto es que estamos cada vez más solos. El concepto de vínculos líquidos explica este fenómeno ya que aunque establecemos relaciones, estas son superficiales y esporádicas.
Así lo demuestra una encuuesta comparativa realizada en los Estados Unidos en la que se apreció que en menos de dos décadas, de 1985 a 2004, el numero de personas que no tienen ningún confidente para hablar de asuntos importantes casi se triplicó.
Busca apoyo profesional si en ti está presente este sentimiento de soledad y si no estas en ese estado crea vínculos relacionales sanos y de intímidad.
OPINIÓN Y SUGERENCIAS
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Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga
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