EL TIEMPO LO CURA TODO
EL TIEMPO LO CURA TODO
Realmente eres tú quien se cura a lo largo del tiempo. Si no hacemos nada, si no aprendemos de esa situación, es probable que
la herida se cierre de manera superficial y ante el menor roce volverá a
abrirse. Por eso, en muchas ocasiones, cuando pensamos que ya hemos
superado una dificultad y que finalmente hemos pasado página, el dolor
regresa, y es tan intenso como el primer día.
Cuando nos lastimamos, sabemos que tenemos que limpiar y curar la herida. Sin embargo, pensamos que las heridas emocionales necesitan menos cuidados y que sanarán solas. No es así. Las heridas del alma también necesitan y merecen cuidados.
El tiempo lo único que hace es brindarnos la posibilidad de imbuirnos en
la rutina cotidiana, nos sumerge en las preocupaciones y
responsabilidades del día a día, de manera que apartamos de nuestra
mente la pérdida, el fracaso o la adversidad sufrida. Sin embargo, eso
no significa que la herida sanará.
Las personas que experimentan experiencias que dejan heridas, si no las convierten en una
experiencia narrativa (lo cual significa que logran aceptar lo ocurrido y
encontrarle un lugar en su memoria autobiográfica), esta se revivirá
como si fuera una situación real y, por tanto, seguirá doliendo.
Sanar duele, pero ese dolor permite crecer. Cuando echamos desinfectante sobre una herida reciente, escuece y duele.
Pero somos conscientes de que debemos pasar por ello para evitar males
mayores. Sin embargo, normalmente preferimos evitar mirar demasiado en
las heridas emocionales pues pensamos que si las ignoramos, se curarán
solas.
Las heridas emocionales necesitan cuidados especiales:
* No reprimir las emociones, haciendo como si no existieran. En
su lugar, debemos ser conscientes de lo que sentimos e intentar
comprender por qué nos sentimos así. Darte libertad para expresar lo que
sientes tiene un enorme poder catártico. Por otra parte, reprimir las
emociones no hará que desaparezcan.
* Asumir lo ocurrido, por difícil que pueda ser. Aunque en muchas
situaciones, sobre todo cuando se produce una pérdida o un gran fracaso,
nuestra primera reacción es la negación, es importante pasar esta etapa
cuanto antes porque negar lo ocurrido te impedirá sanar. Y eso
significa que en vez de mirar para otro lado, tienes que centrarte en lo
ocurrido, para asimilarlo.
* Dejar de buscar el significado y encontrar el aprendizaje. En la
vida, pueden ocurrirnos experiencias a las que no
podemos encontrarles el sentido. Por eso, en vez de preguntarnos
insistentemente el por qué, algo que solo nos llevará a un callejón sin
salida, podemos preguntarnos qué aprendizaje nos reporta esa
experiencia, cómo puede ayudarnos a ser más fuertes.
Para saber cuándo una herida emocional ha cerrado bien, sencillo cuando puedas hablar o pensar sobre lo ocurrido sin sufrir, no dolerán porque estarán envueltas en la
gratitud.
Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga
Av. del Puerto Nº 81, Planta 6ª, Pta. 44.
Valencia, España. 46021.
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