RELACIONES INTERPERSONALES
RELACIONES INTERPERSONALES
Somos seres sociales, a través de las relaciones interpersonales construimos nuestra identidad. Las relaciones con los demás son fundamentales para formar nuestra autovaloración y autoestima ya que, de cierta manera, nos vemos a través de los ojos de los demás. Nos permiten crecer.
Compartir puntos de vista diferentes nos ayuda a asumir una postura más
abierta y flexible hacia el mundo que nos rodea y potencia la empatía,
la tolerancia y la inteligencia emocional.
Contar
con una sólida red de apoyo social no solo actúa como un agente
protector contra numerosas enfermedades, sino que también nos añade años
de vida. Desgraciadamente, no siempre sabemos sacarles el mejor partido a las relaciones interpersonales.
El encuentro entre dos personas también es el encuentro de dos mundos, de dos perspectivas que no siempre tienen por qué coincidir. La manera en la cual manejemos esas discrepancias será fundamental para mantener relaciones que nos nutran o, al contrario.
Asumir
una postura flexible y abierta al diálogo o, al contrario, podemos
parapetarnos detrás de nuestras creencias y profundizar aún más la
brecha hasta que sea insalvable. Esta manera inadecuada de enfrentar los conflictos a menudo proviene de nuestra infancia, quizás se trata de un estilo de comunicación aprendido.
En
otras ocasiones los problemas en las relaciones interpersonales se
crean debido a los estereotipos, creencias erróneas y sesgos cognitivos.
En estos casos, en el origen, siempre se encuentra una valoración
inadecuada, ya sea de la situación o de la otra persona. Por ejemplo, un
error muy común que cometemos en la comunicación es pensar que los
demás saben lo que queremos. De esta forma, si nuestra pareja no adivina
nuestros deseos, nos enfadamos porque creemos que tiene la obligación
de leernos la mente.
Otro problema que suele afectar profundamente las relaciones interpersonales, ya sea en la comunicación entre familiares, amigos o en la pareja es la comunicación indirecta.
Es cuando preferimos irnos por las ramas y echar mano
a quejas de carácter general en vez de afrontar el tema directamente,
expresando nuestra opinión y sentimientos. Obviamente, una comunicación
de este tipo no solo no ayuda a resolver el problema sino que crea una
tensión y un malestar que aumentan paulatinamente.
Todos los problemas que surgen en el marco de las relaciones interpersonales
no nos afectan de la misma manera ni con la misma intensidad. No
obstante, cuando el problema es grave y la otra persona es significativa
para nosotros, podemos sufrir verdaderos cuadros depresivos o sumirnos en un estado de ansiedad permanente que puede desembocar incluso en un ataque de pánico. Otras veces reaccionamos con violencia y dejamos crecer la ira y el rencor, la culpa dentro
de nosotros. Reprimir estas emociones es muy dañino pero volcarlas
sobre los que nos rodean, que probablemente no tienen la culpa de lo
ocurrido, es aún peor porque solo sirve para agudizar esa sensación de
incomprensión, falta de comunicación y soledad y pueden llevar a poner en entredicho nuestra valía como persona.
Una de las consecuencias más graves de los conflictos en las relaciones interpersonales es la pérdida de la confianza.
Hay personas que, al ser heridas, comienzan a desconfiar de los demás y
adoptan una actitud distante con el objetivo de no volver a sufrir, es
como si se relacionaran con una coraza. En esos casos, se cierran a todo lo bello que reportan las relaciones interpersonales y se niegan la felicidad.
Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga
Av. del Puerto Nº 81, Planta 6ª, Pta. 44.
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