DIÁLOGO LIBERADOR

DIÁLOGO LIBERADOR

El “diálogo liberador”  hace referencia a esa forma de conversación que permite a los involucrados expresarse realmente. Ex – presar es salir de la presión de no poder comunicar. Así que el diálogo liberador debe, principalmente, ser un espacio para que cada quien pueda comunicarse con autenticidad. 

Hay que hablar el mismo lenguaje y construir una conexión genuina con la otra persona de modo que se alcance a una verdadera comunicación.

Es un verdadero arte: el de saber comunicarse, el de saber decir y comprender. Debes aprender a sortear los silencios, a hacer pausas e intervenir en el momento indicado. Más aún, debes saber escuchar y tener la capacidad para entender al otro en el marco de su propio contexto.

Se puede decir entonces que la primera condición para entablar un diálogo liberador es la de haber desarrollado la capacidad de entender y valorar el silencio. No ese silencio que es ausencia, sino el silencio de la escucha, de la atención y del reconocimiento por lo que el otro dice.

El diálogo entre dos personas solo es genuino si también existe una inocente intención de dialogar. Esto supone una disposición a la escucha, el estar dispuestos a hacer un esfuerzo por entender. En este sentido, guardar silencio mientras el otro habla no es suficiente, se trata de ser activos mentalmente en este silencio.

Cuando hay auténtica disposición hacia el diálogo, surge una escucha serena, comprensiva y curiosa. 

La escucha serena significa que para dialogar se debe escoger un momento en el que no estén exaltadas las emociones. Y si lo están, es importante estar seguros de que tenemos la capacidad de controlarlas.

La escucha activa es una escucha curiosa. Busca obtener más información para clarificar o entender mejor lo que el otro está diciendo. Las preguntas son una excelente manera de construir una conexión y además constituyen una evidencia, para el otro, de que está siendo escuchado.

La escucha comprensiva se refiere a la disposición para ponerse en el lugar del otro y poder captar lo que siente cuando se expresa. Es estar atentos a los sentimientos y las emociones que viajan a través del canal no verbal. Porque el diálogo liberador es algo que va más allá de las palabras, también significa captar los sentimientos que afloran en la comunicación.

Lograr el mayor grado de conexión con la otra persona es fundamental y escuchar atentamente, sin interrupciones ni desviarse del tema, es muy sano y conveniente.

El ambiente o escenario de conversación también puede resultar importante. Un sitio adecuado contribuye a la fluidez del diálogo. 

"Hablar es una necesidad, escuchar es un arte."
Goethe
  


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Ana Luisa López Pérez
Psicóloga

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