MINDFULNESS
El mundo en el que vivimos hoy en día nos ha arrebatado nuestra
capacidad para apreciar las pequeñas cosas, esas por las que debemos
sentirnos agradecidos. Poco a poco, hemos dejado que la inmediatez, el
exceso de información y la velocidad con la cual gira todo a nuestro
alrededor nos impidan disfrutar de las cosas aparentemente
insignificantes. Afortunadamente, siempre estamos a tiempo de volver
sobre nuestros pasos.
El mindfulness o atención plena es un camino que nos ayudará a ver las pequeñas cosas
que hemos estado descuidando inconscientemente debido a nuestras agendas
apretadas y nuestra vida demasiado agitada. De hecho, ser conscientes
no solo nos ayuda a relajarnos sino que también nos ahorra muchos
problemas. Además, nos permite ser más productivos, cometer menos
errores y tomar mejores decisiones. También nos ayuda a tomar conciencia
de lo que sucede dentro de nosotros, por lo que conectamos con mayor
facilidad con nuestras emociones y deseos más profundos.
Pequeños cambios, grandes resultados
Pequeños cambios, grandes resultados
1. Observa tu respiración. Dedícale tan solo cinco minutos al día
para observar tu respiración. Toma una
inhalación más profunda y larga de lo habitual, y luego exhala
lentamente. Este ejercicio, que puedes practicar durante apenas cinco
minutos, es ideal para relajarte y también ayuda a sincronizar el ritmo
cardíaco. Centrarte en tu respiración te sentirás más tranquilo y con más energía.
2. Da un paseo, solo. En la actualidad pasamos muy poco tiempo
con nosotros mismos. Cuando no estamos rodeados de personas, estamos
conectados. Sin embargo, necesitamos la soledad para conectar con
nuestro “yo” más profundo. Por eso, plantéate dar un paseo tú solo,
aunque sean tan solo diez minutos. Durante ese tiempo, no le des cabida a
las preocupaciones o a los asuntos que tienes pendientes. Simplemente
disfruta de lo que te rodea, liberando tu mente del peso de las ideas.
Después de una caminata lograrás ver las cosas más claras.
3. Saborea cada bocado. No siempre tenemos el tiempo necesario
para comer. Sin embargo, asegúrate cada día de tener un momento
mindfulness para la comida. Apaga los dispositivos y dedícate a
disfrutar de ese momento. Siente la textura de los alimentos y sus
sabores. Se trata de apreciar la comida, sin prisas, para reencontrar el
placer en las pequeñas cosas cotidianas. Además, tu digestión también
te lo agradecerá.
4. Plantéate pequeñas metas diarias. A veces nos inmovilizamos
porque no sabemos por dónde empezar. Sin embargo, todo camino comienza
con el primer paso. Plantéate metas pequeñas, que puedas lograr cada
día, algo tan sencillo como fumar un cigarrillo menos o salir a caminar
durante 10 minutos. Cuando te planteas metas y las cumples, por pequeñas
que sean, aumenta automáticamente tu autoconfianza, sientes que, si te
esfuerzas, puedes con todo. Y esa sensación de empoderamiento es
fundamental para lograr tus metas en la vida y sentirte mejor contigo
mismo.
5. Observa la gente que te rodea. No se trata de que escudriñes
en su vida privada, sino de que durante unos minutos al día intentes
conectar con los demás, aunque sea de lejos. Verás cosas que antes
habían pasado desapercibidas por la prisa, como la preciosa sonrisa de
una vecina o la enorme amabilidad de un colega de trabajo. Intenta
convertirte en un mero observador, sin hacer juicios de valor, solo
observando la realidad que discurre ante tus ojos. Es una experiencia
muy reveladora que, a la larga, mejorará notablemente tus relaciones
interpersonales porque te convertirá en una persona más sensible.
6. Crea arte. No se trata de que te plantees convertirte en un
pintor famoso sino de encontrar la actividad artística que más te guste y
dedicarle algunos minutos a la semana. De hecho, se ha demostrado que
el trabajo creativo nos ayuda a entrar en lo que se conoce como “flujo
de la conciencia”. Es un estado en el que estamos plenamente presentes,
con los cinco sentidos puestos en lo que hacemos, pero prácticamente
desconectados del exterior. No tienes que preocuparte por el resultado,
sino tan solo de disfrutar y dejar salir lo que hay dentro de ti usando
el arte como medio de expresión.
7. Ayuda a alguien. Las personas que ayudan a los demás y se
involucran en actividades de voluntariado se sienten más satisfechas con
sus vidas y reportan menos estrés y depresión. Esto se debe a que, en
el acto de ayudar, nos ayudamos a nosotros mismos. No es necesario hacer
grandes gestos, ayudar a un anciano a cruzar la carretera, contribuir
en las tareas del hogar o simplemente escuchar a alguien que lo
necesita, también es ayudar.
8. Piérdete. De vez en cuando es conveniente perderse en una calle que no
conoces, dejar que nuevos rincones te sorprendan. Intenta, al menos una
vez a la semana, andar sin rumbo fijo, dejando que tu instinto te
conduzca y manteniéndote atento a todo lo que descubres a tu paso. Se
trata de una experiencia muy estimulante.
9. Mírate al espejo. Haz del espejo tu mejor aliado, no para
presumir sino para conocerte mejor. Cuando te sientas triste, frustrado,
estresado o enfadado, mírate al espejo y fíjate en tus expresiones
faciales. Es probable que descubras a una persona completamente
diferente. A medida que eres consciente de los cambios que provocan las
emociones en tu rostro, puedes aprender a manejarlas mejor. Tu salud
emocional y tus relaciones interpersonales serán las principales
beneficiadas.
10. Haz un cumplido genuino. Una vez al día, plantéate regalar un
cumplido auténtico. No se trata de alabar por alabar, sino de
mantenerse atentos a lo que sucede a nuestro alrededor y reconocer las
cosas positivas, esos detalles que apreciamos. Hacérselo saber a la
persona mejorará su día y te ayudará a crear una relación de intimidad,
calidez y responsabilidad mutua. No tiene que ser algo especial, sino
tan solo un pequeño detalle que hayas notado y que te ha gustado.
Recuerda que ser una "persona mindful" significa, simplemente, aprender a vivir en el aquí y ahora.
Recuerda que ser una "persona mindful" significa, simplemente, aprender a vivir en el aquí y ahora.
Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga
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