LA SOLTERÍA
LA SOLTERÍA
Parece que vivir solo y no tener pareja es una enfermedad de la que hay
que curarse. O el resultado de todos los errores que has cometido en la
vida y que ahora deberás pagar con soledad, entendida como un estado
miserable.
La verdad es que el gran sueño sigue siendo encontrar pareja, casarse y formar una
familia. Muchos siguen apostando por esta forma de vida que solamente es
una de muchas opciones para vivir.
La
idea de que “por algo” las personas no tienen pareja, es una
trivialización de algo complicado. Los cambios sociales han impactado la
tasa de solteros, por ejemplo la decisión de las mujeres de vivir solas
porque pueden hacerlo; porque pueden mantenerse, porque priorizan
crecer en lo académico y en lo profesional, porque no saben si quieren
tener hijos, porque han reflexionado más que las generaciones de sus
madres y abuelas sobre el modelo de pareja tradicional, porque se
preguntan más cosas y se apresuran menos en el tema de pareja.
Hay hombres y mujeres que siguen sintiéndose infelices cuando están
solos. Que no saben vivir así o que no pueden pasar más de un mes sin
una relación amorosa o sexual o las dos. Sufrir por estar soltero puede
ser síntoma de vacío interior o de ideas sobre la superioridad de
quienes tienen pareja, como si fueran verdades
incuestionables.
No es lo mismo estar soltero que sentirse solo. Algunos solteros tienen
vidas envidiables de amigos, familia, desarrollo personal y profesional.
Sentirse solo es un estado emocional que solo a veces coincide con no
tener pareja. Las personas dependientes o que necesitan mucho
reconocimiento, sufren profundamente la soledad. La solución no es
encontrar al amor de la vida, sino aprender a vivir contento en la
autonomía.
Que la gente viva sola no es ni bueno ni malo en sí mismo. Depende de la
mentalidad frente a la soledad que acompaña al soltero, que puede
sentirse desde lastimero hasta exultante de libertad.
El famoso estudio Grant de Harvard sobre la felicidad, dio seguimiento a
268 estudiantes durante 75 años. La gran conclusión fue que las
relaciones en general (no solamente tener pareja, novia o amante) son la
variable más importante en la percepción de una vida feliz. El
coordinador de la investigación, George Vaillant concluyó que “la
felicidad y la alegría son proporcionales al grado de conexión humana
que logre una persona”.
La tristeza inevitable que a veces produce vivir, no solo tiene que ver
con la soledad sino con la vida misma. Mientras estemos vivos habrá
momentos tristes para todos, emparejados o no.
Mi Consulta psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga
Av. del Puerto Nº 81, Planta 6ª, Pta. 44.
Valencia, España. 46021
Tel. 963 22 59 73
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