EL PELIGRO DE LA HISTORIA ÚNICA
EL PELIGRO DE LA HISTORIA ÚNICA
Todos
contamos historias y creamos significado a través de ellas.
Describimos nuestra identidad incluyendo algunos momentos de la
biografía y dejando fuera otros. También entendemos el mundo a
través de historias. Escuchamos noticias, vemos noticieros, leemos y construimos una idea sobre los
otros.
El peligro que guardan las historias es quedarnos con una sola. Contarnos una sola historia una y otra vez y terminar dándole la categoría de verdad absoluta. Cuando lo hacemos, generamos una historia simple y sin matices, que no incluye toda la riqueza que cualquier descripción necesita para acercarse un poco más a la realidad.
Podemos describir a un hombre que nos es antipático diciendo que siempre está enojado. Y hemos llegado a esa conclusión a partir de verle cada mañana muy temprano salir apurado al trabajo. A partir de verle en una sola situación y a la misma hora todos los días.
Pensamos que los japoneses son ordenados y trabajadores, que los alemanes son fríos, los franceses soberbios, los argentinos ególatras, los africanos pobres, los rusos alcohólicos, los mexicanos flojos. Y pensamos esto casi siempre como conclusión de una o unas cuantas historias. Generalizamos lo particular.
Describimos con una sola historia la identidad personal y la de los otros. La consecuencia de la historia única es que no encontramos en ese rasgo con el que describimos cada parte del mundo, nada que nos una o nos identifique con los demás. Sólo lo que nos separa. Si tú eres tranquilo y yo fiestera, no podemos convivir. Si tú eres de derechas y yo de izquierdas, menos. Si amas a los gatos y yo a los perros, mala suerte.
Y lo mismo nos pasa en nuestro círculo íntimo. Sólo contamos una historia sobre nuestra infancia. O de la felicidad sin mancha o del trauma infantil. De la frialdad de nuestro padre y de nuestra pobre madre que era una santa.
Del
novio violento, de la hermana egoísta, de la amiga antisocial, de
nosotros inseguros frente a los demás. De nuestra incapacidad para
hablar en público, de la falta
de carácter de la ex-pareja, de la rebeldía de nuestro hijo
adolescente.
Con
una sola historia contamos toda una historia, que podría estar llena
de pequeñas otras historias que tal vez contradicen la historia
dominante y que la complementan.
El peligro de la historia única es que produce rigidez de pensamiento, conclusiones aventuradas, radicalismos ideológicos. El peligro de la historia única es quedarnos con una visión estrecha del mundo, dejando fuera detalles que crearían una historia más rica y mucho más completa.
El mapa no es el territorio. La historia no es la realidad. Siempre se pueden contar otras historias sobre la misma persona o sobre el mismo hecho. Contar historias que incluyan múltiples visiones y descripciones puede ser una mejor forma de relacionarse con el mundo.
Las
multi-historias producen amplitud de mente y amplifican también
nuestra capacidad para convivir. Con todos, hasta con esos que
creemos tan distintos a nosotros. Porque en el fondo, en algo nos
parecemos. Algo tendremos en común. Porque en el fondo, nada ni
nadie puede ser descrito con un par de adjetivos simplones. Porque
ninguna historia de vida se agota en un solo evento o eventos de una
sola etapa de la vida. Porque la biografía personal, colectiva y
hasta la nacional, se construye de pequeños pedazos de historias
contradictorias.
Buscar
al bueno y al malo en las historias, generar historias simples
fáciles de memorizar, es humano pero no sirve para pensar la vida de
una forma más compleja, más interesante.
Mi Consulta Psicológica
Ana Luisa López Pérez
Psicóloga
Av. del Puerto Nº 81, Planta 6ª, Pta. 44.
Valencia 46021
Tel. 963 22 59 73
Móvil:600 25 80 77
miconsultapsicologica@hotmail.es
www.cursosytaller.blogspot.com
Comentarios